miércoles, 29 de enero de 2014

[Karate] 25 años ya...


Pues eso. Hoy es un día "raro". Raro porque es un aniversario al que hasta ahora no le había prestado atención. Raro porque tampoco crea que se la merece, aunque esté aquí escribiendo esta entrada... 

En fin, resulta que (según la ficha de la escuela) tal día como hoy de hace 25 años mi hermano y yo nos apuntamos a clases de karate en el dojo Shihan. Mi hermano (con 6 años) ya había "hecho" karate en el cole, pero al cerrar las clases mis padres se decidieron a apuntarlo a otro sitio, para que siguiera. Y para que no fuera solo, me apuntaron a mí también. Mi hermano aguantó 10 años, creo. Yo sigo allí. 

Y esta entrada no es tanto para celebrar que llevo 25 años yendo a clases, cosa que no tiene demasiado mérito, si no para recordar algunos momentos de esos 25 años. Situaciones vividas a lo largo de los años que sigo recordando con cariño y una sonrisa, la mayoría de las veces. 

Mi maestro, con unos
 cuantos años menos... y sin canas xD
Porque como digo, llevar 25 años en un sitio no es para tanto. O no me lo parece. Ha sido sencillamente el ir sumando días, uno detrás de otro. Ver cómo los días se convertían en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Eso es algo que todos hacemos... 

Aquí lo que quiero es recordar a gente. Recordar momentos. Rememorar parte de mi vida, en definitiva. 

Y lo primero está claro: hay que empezar por felicitar a D. Josep Moral por su paciencia conmigo. Todos
los que me conocéis sabéis lo retorcido que puedo ser a veces con las palabras, con buscarle los porqués a las cosas, con plantear con la mayor inocencia posible las mayores maldades... Imaginad lo que ha sido para este hombre aguantarme durante 25 años :P Y ahora estoy comedido, porque he llegado a presentarme en el gimnasio con cada idea que... xD

Para que os hagáis una idea: durante una temporada, cada verano, me liaba a pedirle permiso para hacer clase con el karategui sin mangas, o de colores, o... ¡Es que el blanco está muy visto! Luego llegó la peli de Doble Contacto, de Van Damme, donde salían con karateguis con colores pastel y ví la luz... Pero que horteras que eran... >_<

Pero en 25 años también he conocido a muchas otras personas. De algunas guardo gratos recuerdos. De otras ni siquiera recuerdo sus nombres. De muchos no lo he llegado a saber nunca... Uno de mis mejores amigos ha salido del gimnasio. Y aunque nos seguimos viendo, hecho MUCHO de menos entrenar con él. Nos conocíamos muy bien, y los combates eran intensos e igualados. Y divertidos.

He conocido gente que entendía el karate como yo. He conocido a gente que no lo hacía. He conocido a gente que no creo que entendiera el karate, siquiera...

Y aunque en 25 años mi nivel ha aumentado, cada día que pasa me doy cuenta de todo lo que no sé, todo lo que no entiendo, todo lo que no consigo aprehender... A veces es frustrante. A veces, todo encaja de repente y lo que antes era jerga ahora está prístino y cristalino. Como cuando por fin entendí el concepto de kime. No siempre consigo aplicarlo, pero ahora soy capaz de diferenciar cuando lo hago y cuando no. Y de verlo en otros.

Pero decía que aquí estaba para hablar de recuerdos, así que vamos con algunos de los más... no sé, con algunos.


  1. Durante una época editamos entre Iván y yo un periódico para la escuela. Lo llamamos "Kiaii!!" y no sé si llegamos a sacar el 3r número. La mascota era un chino karateka algo torpe (teníamos hasta tira cómica!) y recuerdo que hicimos un artículo sobre por qué Bola de Drac no era un modelo a imitar (aunque molase mil). Ah, para los despistados. Todo esto en la época de las máquinas de escribir y las fotocopias... Hoy día seguro que hubiera sido una publicación digital y semanal :P 
  2. La primera vez que tuve que ir como miembro del Tribunal de Grados de la escuela me pilló un poco... "despistado". Ante la petición de acudir con "traje y corbata", yo acudí con lo que tenía: una camisa verde botella y una corbata del ¿correcaminos? amarilla que me habían dejado. Sé que salí de casa con gafas de sol y casi corriendo, para que no me reconocieran... Lo que no recuerdo tan bien es si me dejaron asistir al examen o el profe me echó a casa :P Pero gracias a esto, ahora voy tan cómodo con traje y corbata como con tejanos y camisetas jevis... :D
  3. No solía competir. Pero sí que hubo una época en la que no me perdía campeonato alguno. Íbamos los "mayores" de coach para los más pequeños del gym, a vigilarlos, controlarlos y demás. Siempre, siempre, siempre, terminábamos los campeonatos prometiendo que no volvíamos. Para el siguiente campeonato éramos los primeros apuntados. ^^U
  4. Luego me saqué la titulación de Árbitro. Allí, a parte de pasar frío en pavellones, quieto durante horas en el mismo sitio, viendo el mismo kata una y otra vez, se daban situaciones como que era de la quinta de muchos de los competidores, que se sorprendían de verme como árbitro. 
  5. Me han enseñado 30 y tantos katas. Ahora mismo recuerdo de una manera fiable unos 15. Pero más allá de lo que he "perdido", me queda el recuerdo de que siempre nos enseñaba los katas en julio... Ahora sé por qué (o creo saberlo), pero en su momento me sorprendía. 
  6. He asistido a cursos con el Maestro Mabuni, con el Maestro Hirota, con el Maestro Ishimi. Y hay dos cosas que recuerdo sobre todo: lo bajitos que eran/son los japoneses, y que estos maestros transmitían felicidad. 
  7. Partidos de fútbol cangrejo. 
  8. Aquel exámen que tuvimos que parar por el ataque de risa que nos dio a los miembros del Tribunal. 
  9. La vez que, de un golpe a la boca del estómago, me quedé sin respiración durante unos instantes. Y el constatar que, de haber sido en un combate real, hubiera estado totalmente indefenso.
  10. Mi exámen de Cinturón Negro, en la escuela del Maestro Hirota. Lo orgullosos que íbamos Iván y yo porque el Maestro Hirota nos había conocido y nos había saludado... Como alguien me señaló después, lo más probable es que supusiera que íbamos a su dojo, ya que íbamos con mochilas y demás...
Yoshiho Hirota (1948-2000)
Hay más, muchos más. Conversaciones filosóficas y sesudas alrededor de una cerveza entre exámen y exámen. Conversaciones sobre chicas con Moi mientras hacíamos pesas. Conversaciones estrafalarias en la ducha. Champús con olor a chocolate. 25 años dan para mucho, la verdad... 

También hay cosas que no recuerdo, por no haberlas hecho. Y, viéndolo ahora con retrospectiva, creo que me hubieran gustado. Como el asistir a las colonias que se montaban todos los años en el gimnasio. O conocer de verdad al Maestro Hirota; se fue demasiado pronto... 

Lo curioso es que hecho de menos a mi clase. Hugo, Isra, Iván, Nico, Noemí y tantos otros. Poco a poco fueron abandonando las clases y el karate, y llegaron otros alumnos. No se puede decir que fueran mis amigos. Pero eran mis compañeros. Y no he vuelto a tener una sensación de camadería como aquella con ninguno de mis compañeros. 

Y eso es algo que echo de menos. Es más, creo que para muchos de los alumnos yo no he sido más que "el cinturón negro de la esquina, que da la clase de tanto en tanto". No me he esforzado por volver a crear lo que tenía. Cada vez soy más introvertido en clase. Tengo mucho que mejorar y poco tiempo, así que me cuesta sacar tiempo para tender puentes con mis compañeros. Aparte del hecho de que soy de los pocos que sigue... Hay muchos con los que si apenas he tenido tiempo para conocerlos. Como dirían en un poema, "los alumnos vienen y van, sólo el karate permanece". 

He visto a buenos karatekas venir e irse. Y, curiosamente, quedo yo. Yo, que no he sido nunca el mejor karateka de clase. Pero parece que cómo mínimo soy el más constante. 

Por eso decía que 25 años no son para celebrarlos. No soy ningún as de las artes marciales por llevar 25 años entrenando. He conocido a gente mucho mejor que yo. Gente que en la mitad de tiempo ya eran mejores que yo. Demonios, yo debería ser mejor que yo... Pero las cosas van como van, y lo que hay que tener claro en estas cosas es que entrenar un arte marcial no es algo con fecha de caducidad, si no una actividad para toda la vida. Así que sí, llevo 25 años entrenando. Y tal vez de aquí otros 25 años pueda decir que sé karate. De momento, sigo estudiando. Hay tanto trabajo por delante... 

sábado, 25 de enero de 2014

[Minis] Montaje/pintado de Colosales (y otros bichos grandes)

El tema es el siguiente: tengo un WoldWrath en la caja esperando que me decida a montarlo. A parte del hecho de que todavía no sé si lo montaré de serie o lo modificaré para que parezca un gorila, tengo el problema de que es la primera vez que monto/pinto algo tan grande.
Lo pequeñito es una mini de tamaño humano, sí...

Yo suelo montar siempre las cosas, para como mínimo poder ir jugando con ellas. Y aunque últimamente tengo tendencia a estrenar las cosas pintadas, sigo montandolas tal cuál.

Pero con algo tan grande, no sé por donde empezar. La primera recomendación que me dieron fue "pintalo por partes". Pero, siendo sinceros, un woldwrath no es que tenga multitud de recovecos por donde sea difícil acceder con un pincel... así que la idea de montarlo entero me tienta.
¿Un platano?

No obstante, antes de hacer nada me he decidido a pedir consejo a gente que ya haya montado y pintado los suyos, a ver si se llega a algún consenso...

No sé, barajo diferentes opciones:

a) Montar las piernas y cintura, pegarlas a la peana. Torso y cabeza, y brazos por separado. Pintar por zonas y pegar cuando esté listo.

b) Montar entero, pintarlo todo a la vez.

c) Otras.

¿Cuál sería la correcta? ^^U

miércoles, 1 de enero de 2014

Feliz 2014! Propósitos de Año Nuevo

Lo primero es lo primero: ¿Cómo va la resaca? ¿Bien? Intentaré no gritar mucho, no os preocupéis... :P

En fin, no suelo hacer estas listas. No creo que sirvan de nada. Pero como sí que suelo hacerlas para el frikismo, y dado que es una parte de mi vida... pues mira, que resulta que sí que las hago, pero limitadas xD

Pero este año estoy viendo muchas de estas por los blogs amigos, y yo tengo el mío pelín olvidado y un poco de tiempo antes de la cena (ligera), así que me he dicho... "¿y por qué no?" Y como no he encontrado ningún motivo sólido, aquí va mi lista de propósitos de Año Nuevo. Razonable, supongo, porque si algo lo viera irracional ya no lo pondría por aquí...

En fin, al lío.


  1. Apuntarme al gimnasio. Espera, no, que esta ya la cumplo... A ver, entonces, ¿mejor así? 
    1. Ir al gimnasio. No, tampoco, he vuelto a las 3 clases por semana, así que esta no es... ¿Cómo iba, entonces? 
      1. Ponerme en forma. Esta, esta es la buena. Porque aunque se puede considerar que estoy en una relativa buena forma (algún día os explicaré mi hipótesis básica de trabajo, donde distingo entre lo que se considera "estar en forma" en según qué grupos de estudio), mi cabeza y mis ganas (a falta de una palabra mejor) me piden cosas que mi cuerpo no puede darme. Más fuerza, más velocidad, más... Para seguir mejorando en Karate hay que trabajarlo todo (Shin-Gi-Tai, que le dicen los japos: espíritu, técnica y cuerpo), y mi cuerpo no está a la altura...
  2. Encontrar trabajo, idealmente de lo mío. Sea aquí o en el extranjero, con preferencia por permanecer aquí... Después de 4 meses sin curro, hecho de menos los retos, los experimentos, la presión, la mejora... Hecho de menos el trabajar de lo que sé. Y, ya puestos, también hecho de menos la pasta que me proporcionaba. Que aunque fuera poca, era :P 
  3. Pintarme alguno de mis ejércitos al 100%. Jugar la mayoría de partidas con todo pintado. Mejorar mi pintura. Este año quería no pintar "obligado" por retos, y ser más anárquico. La verdad es que he ido saltando de proyecto en proyecto, sin finalizar ninguno pero avanzandolos mucho. Tengo por fin los piratas listos para jugar, la mitad del Super Dungeon Explore pintado, los Space Mouslings pintados, le he metido caña a Orboros... Este año me gustaría terminar con los druidas. Me queda "poco" de ellos, y es con lo que estoy jugando más ahora, así que pintarme la veintena de minis que tengo pendientes debería ser relativamente sencillo. Además, para algunas de las cosas no quiero limitarme al "tabletop rápido y funcional", quiero pintarme algo que esté orgulloso de enseñar... 
  4. Irme a vivir con Vane de una vez. Y una vez estemos establecidos, empezar a pensar en cosas como bodas y bebés... 
  5. Ser mejor amigo de mis amigos. Esto es algo que me suele asaltar de manera periódica. ¿Seré un buen amigo? La verdad es que dudo que haya un manual para ello, pero si consigo que al menos yo no lo piense, será un paso...
  6. Ver más a la familia. No a la más cercana, si no a mis tíos y primos. Me he criado con ellos, casi, y últimamente si nos encontramos por la calle no nos reconoceríamos. Y como no es que esté enfadado con nadie ni nada, esto debería ser tan sencillo como pillar el teléfono y llamar... 
Y hasta aquí. Podría alargar la lista artificialmente con chorradas, cosas imposibles de cumplir o tonterías metafísicas (como "completar mi colección de Tfs). Estos son unos propósitos simples, sencillos y honestos. Además, todos dependen de mí (a excepción del laboral), con lo que cumplirlos debería ser factible (que no sencillo). Ya veremos que pasa de aquí un año... 

Nos leemos!!