lunes, 30 de julio de 2012

Estructura típica de la típica aventura fantasiosa.


Ayer, hablando con Txuzo de lo divino y de lo humano, después de haber estado buscando por el Mercat de St Antoni la 3ª temporada de Masters del Universo (y haber encontrado en su lugar joyas del porno ochentero), acabamos hablando de literatura. Viejas sagas del género fantástico, algunas con la consideración de “clásico” y otras no…

Y durante esa charla nos dimos cuenta (o tal vez notamos, o algo parecido; no es que sea algo que esté muy oculto ni que necesite un análisis demasiado profundo… ) que la mayoría de sagas siguen la misma estructura. Estructura que paso a detallaros aquí, para uso y disfrute vuestro.

- El héroe no es tan heroico al principio. Suele ser un chaval cualquiera, de origen en apariencia humilde, que no tiene ni idea de luchar y necesita que lo entrenen y le enseñen a dominar sus poderes. ¿Ejemplos? Luke Skywalker, Garion (de las Crónicas de Belgarath), Cathan en Aquasilva, el chaval de Eragon…

- Dado que el héroe suele ser inexperto, necesita a un maestro. Una figura de autoridad, seguro de su poder. Puede ser además de otra raza… Si seguimos con Star Wars, tenemos a Obi Wan Kenobi, al príncipe elfo de Añoranzas y Pesares, a Belgarath en las Crónicas, etc

- La invasión maligna vendrá del Norte. Casi siempre. Además, mientras que el dios maligno no tendrá reparos en ayudar de manera muy explícita a sus seguidores, el dios humano no suele dar ninguna señal de vida… La Reina de la Oscuridad en la Dragonlance, el dios élfico de Añoranzas y Pesares, Sauron en el Señor de los Anillos (aunque no sea un dios propiamente dicho)….
Takhisis, en su forma de Dragón del Caos

Todas siguen el mismo patrón. Y estoy convencido de que si alguien se entretiene en mirar mitos clásicos (¿algún filólogo en la sala?) encontraremos la misma estructura. Tal vez no en los griegos (esos me los conozco bastante bien y tanto Odiseo como Aquiles ya eran grandes guerreros, por ejemplo), pero puede que en los nórdicos sí…

Ahora os dejo con esta reflexión, mientras voy a buscar a un jovencito imberbe que oculte un gran poder sin saberlo… :D

Jornada reducida!

Acaba el curso escolar, llega el verano, las vacaciones, el sol... Así que el que suscribe va a reducir el número de entradas durante el mes de agosto, que me lo merezco :D

No me echéis mucho de menos... Tenéis el historial de entradas por si os apetece seguir leyéndome ;)


martes, 24 de julio de 2012

[Malifaux] ¿Bandas o facciones?


Con la inminente salida del 4º libro de Malifaux (en apenas un mes…), presentando una nueva facción que además complementará las ya existentes, me ha dado por hacer un repaso mental rápido de las bandas que no tengo. Porque tengo minis de las 5 facciones actuales… ^^U

El caso es que, en este juego, yo siempre he sido más de jugar bandas que facciones. Juego con Tina, no con Arcanistas. Me encanta el loco Dr McMourning, pero no me gusta Seamus. Y así con todas. Hay un par de excepciones (Gremio y Arcanistas), dónde tengo un par más de bandas, pero es que eran para las demos… aunque después las haya ampliado.

Pero dado que esto es mi blog, y no me cobran por palabra publicada, vamos a explayarnos.

  • Gremio. Yo no juego con Gremio. Juego con los Ortega. Ahora mismo tengo todo lo que ha salido de ellos (y tengo que pintar todavía cosas, para la partida de las Barnalúdicas), más alguna cosa que creo que pega con mi concepto de vaqueros en Malifaux. Un hunter (un puma mecánico, acechando en la pradera) y un par de sabuesos del gremio (hechos a partir de lobos de plástico de GW, que tenía por casa y que me pegan más por estética). Y poca cosa más me llama la atención del Gremio para jugarlo con los Ortega… Pero claro, también tengo la banda de Lady Justice. En principio para demos. Pero que también juego de vez en cuando. Y aunque todavía no me ha dado por ampliarla, supongo que por una mini específica que tienen no me cortaré… ^^U Y diréis “dos de cinco no es tanto, no puedes decir que colecciones gremio”. Y tendréis razón. Porque ni Lucius ni Hoffman me llaman la atención. Pero Sonia… Sonia es otra historia. Sonia me llama la atención, por dos motivos. Su papel en la historia (yo siempre he sido más de coleccionar personajes, no perfiles) y su avatar. Su avatar es una miniatura preciosa… Así que existe la posibilidad de que, en un futuro, acabe con una banda de Sonia también.

  • Arcanistas. De aquí, se podría decir que mi banda es la de Tina. Empecé en Malifaux con la bruja de hielo, me siento muy cómodo jugando con ella y me encanta también su trasfondo… Además, tengo al bueno de Ramos, nuevamente por las demos. Pero como la caja de Ramos es de las más abundantes en puntos, me pillé solo una araña mecánica gigante y resulta que tengo variedad para aburrirme… Tengo pendiente el resistirme y no pillarme a los mineros, pero los encuentro muy cachondos. No tengo prisa por pillarlo, porque como miniaturas baratas ya tengo las pequeñas arañas, pero… ¿Qué queda? Collette, que a pesar de ser una banda preciosa nunca me ha llamado la atención. Kaeris, con una caja muy bonita y que, nuevamente, debo resistirme a la tentación… Y Marcus. El Señor de las Bestias. El tipo que puede llevar cualquier bestia del juego. El tipo que, para poder jugarlo, solo necesitaba pillármelo a él, ya que tenía suficientes minis “bestiales” entre mis otras bandas… Además, un perfil “malo” según los expertos (como todo, depende de los jugadores y de tu comunidad…) y un avatar feo con ganas. Pues bien, a este hombre me lo he pillado sólo para poder coger su avatar y convertirlo en una mini decente :_D No sé si he apuntado demasiado alto, pero al conversionador * que hay en mí le llama el reto. *Transformista hubiera sonado peor… ^^U
  • Resurreccionistas. Nunca me han gustado los zombis. Ni las pelis de terror (aunque no tengo nada en contra de los libros de terror). Así que nunca he coleccionado un ejército de nomuertos… Y tampoco se pueda decir que lo esté haciendo aquí. Tengo la banda del Dr McMourning, que básicamente consiste en enfermeros/as y médicos haciendo maldades. Junto con unos perritos, que quedan monos… (eso de tener un carlino zombi me mola, sí… no todo van a ser rottweilers y dobermans :D). Y poco más. ¿Opciones de ampliación? Lo único que me interesa mínimamente son los bichos raros, en plan experimento fallido. La necromancia, los terrores nocturnos (me pegan mucho en el concepto de banda, aunque no sé por qué xD), las autopsias… Pero ni zombis, ni Nicodemus, ni putas zombis ni espíritus ni ná.
  • Nonatos. La facción que más simpática me cae. Con la coña de que son los habitantes originales de Malifaux, de la Bruja del Pantano, los niños, etc etc etc. La veo la facción más… más… no gamberra (esos serían los gremlims), si no tal vez la facción más creativa. Un poco de “todo vale” que me encanta. Pero aunque como facción me gusten, a nivel de jugarlos solo hay una Maestra que me plantee: la Bruja del Pantano, mi querida Zoraida. La vieja de las tetas caídas me encantó desde el primer día, por concepto, por figura, por historia… Tengo pintada parte de su banda (la parte que son osos de peluche psicópatas), y me quedan todavía cosas por pintar. ¿Y por comprar? Cosas sueltas. Lo bueno de Zoraida siempre han dicho que es que encaja con cualquier cosa que le pongas, así que da un poco igual que pongas en la banda… Tengo de momento bichos tentaculados varios, muñecos raros, bichos de pantano… Más todas esas minis que no tienen fuerza de voluntad suficiente como para resistirse a los poderes de la Bruja. Me planteo el Doppelganger, las efigies… Poca cosa más, de momento, pero estoy abierto a todo tipo de bichos raros que puedan salir.
  • Descastados. La facción de los que no tienen facción. Aquí podemos distinguir dos grandes grupos (por mi interés): gremlims, de los que tengo bastante cosa, aunque me faltan todavía cosas… Y mercs. No me interesan todos los mercs. Tal vez ni siquiera una tercera parte. Pero hay unos cuantos que sí… Sue, McTavish, los Diez Truenos… Cosas sueltas que me iré pillando, con calma, tranquilamente… ¿El resto? No son para mí. Ni Hamelin, ni las Victorias, ni Leviticus… Ninguno de estos maestros me llama la atención. Seguiré ampliando los gremlims con calma, aunque no juegue mucho con ellos, sencillamente por lo cachondas que son las minis…

Vamos, resumiendo: hay muy pocas cosas que me llaman la atención fuera de lo que ya tengo. Teniendo 8 bandas, y jugando lo que juego (poco), tengo material de sobra para ir jugando, cambiar, probar, etc. Así que no tengo ninguna prisa por pillarme cosas nuevas.

Ahora tiene que salir la nueva facción, y por lo que dicen los rumores sus minis se podrán usar con las facciones previas. Pero por los dibujos que he visto, hay muy pocas cosas que me llamen la atención. Los gremlims están simpáticos, pero es que gremlims es lo que menos juego (porque son de lo más habitual en mi zona). Y del resto… Si sale una banda de marcada estética oriental (y si puede ser fantasiosa, mejor) puede que caiga. Como dije ya, quiero a Misaki de henchman, con sus hermanos de los Diez Truenos apoyándola. ¿Pero chinos trabajando en el ferrocarril? No es para mí… Aunque la banda en plan “vudú”, con caballeros y damas de alta alcurnia me llama poderosamente la atención…
Y para hacer esto un poco más interactivo... ¿Vosotros qué? ¿Tenéis bastante con lo que tenéis? En Malifaux es muy fácil acabar con muchas bandas, dado el relativo bajo coste de las mismas... Contadme ;)

miércoles, 18 de julio de 2012

Imaginext meets Dinoriders

Un poco de reciclaje... Escribí esto para enseñarselo a un amigo, intentando picarlo para que se lo compre a su hijo... Pero ya que me ha quedado mono, lo pongo por aquí también :D

"Ayer estábamos hablando de esto... Y para que no quede dudas, fotos comparativas!! :D :D :D

Primero, el link a Fisher Price para ver todos los modelos existentes (9 en total)

Link

Y ahora, fotos...

El T-Rex, más conocido como el lagarto del malo...

Original:
 
Actualizado:

Detalle del malo...


Pasemos ahora al diplodocus...

Original:

Actualizado:


Y así con otros... Vuestros críos, con esto, crecerán como frikis sanos... y vosotros lo disfrutaréis! :D

martes, 17 de julio de 2012

[Relato] Frank, 4ª parte

Habían pasado unos días desde el accidente (porque había sido un accidente, ¿verdad?) en que la pobre Lucy había perdido la vida. No había habido demasiadas preguntas, y Frank respondió como pudo a ellas. A nadie le importaba demasiado la muerte de una pobre camarera; eso era así en la Tierra, y mucho más en Malifaux, donde la gente a veces, sencillamente, se moría.

La vida de Frank era ahora bastante más sencilla, y era casi feliz. Iba del trabajo a casa, y de casa al trabajo. Ya no quedaba con los amigos, ni iba al bar. Le recordaban demasiado a Lucy, y recordar a Lucy dolía. Había algo relacionado con ella, con su muerte, que no podía recordar, y cuando lo intentaba (o algo se la recordaba), dolía.

Así que evitaba hablar de ella, acordarse de ella, ir a los lugares que iba con ella. Y era feliz.

La pobre Candy estaba resultando ser de gran ayuda, y su única alegría en el mundo. Sus juegos cuando él llegaba a casa, donde ella fingía ser su pequeña mujercita y le preparaba la comida, le daba besos y cuidaba de él. Su cuento de antes de dormir, casi el único momento de paz que tenía Frank ahora mismo. A veces Frank se quedaba dormido en la silla, junto a la cama de Candy, después de contarle el cuento. Prefería estar allí con su pequeña Candy que en su dormitorio, con esa cama tan grande, tan vacía…

Además, el calor estaba llegando a Malifaux, y la habitación de la pequeña era más fresca. Aún así, seguía haciendo calor, y Candy se estaba acostumbrando a ir por la casa con un pequeño camisón que apenas le llegaba a las rodillas. Y ante las peticiones de Frank de se pusiera algo más, la niña se reía diciendo que estaban ellos dos solos, y que no tenía nada que ocultarle a su papaíto. Además, le decía ¡hacía calor!, mientras lo miraba haciéndole pucheritos. Y Frank no podía encontrar ningún motivo para oponerse, salvo la sensación de que algo de lo que estaba haciendo no era del todo correcto.

Los días fueron pasando, y Frank se sorprendía a veces pensando en su pequeña Candy de manera… diferente. Cómo le quedaría el vestido rosa que había visto en aquel escaparate, si le gustaría llevar joyas bonitas cuando fuera mayor, como se portaría él cuando llegaran los primeros pretendientes a casa (porque llegarían, de eso estaba seguro; su Candy iba a ser toda una belleza y una rompecorazones, eso estaba claro…), que le diría al primer hombre al que viera tocándola de manera deshonrosa… Acariciándole la mejilla, susurrándole cosas tiernas al oído… ¿Se atrevería a dejar que otro hombre tocara a su pequeña Candy, a su niña?

La niña también estaba actuando diferente. Sus jueguecitos “de mayores” cada vez parecían más serios, y Frank no podía evitar una sonrisa nerviosa cuando Candy le decía, toda seria ella, que él no necesitaba a ninguna otra mujer, que ya la tenía a ella. Frank no tenía ninguna intención de buscar el afecto de ninguna mujer; ni siquiera ese tipo de afecto por el que tenías que intercambiar algunas monedas. No porque tuviera a Candy (¡por Dios, era una niña! ¡Su hija, además!) si no porque el recuerdo de Lucy todavía… dolía. Aunque… algunas noches, cuando el calor apretaba, y el cuerpo de la menuda Candy estaba empapado en sudor, su pequeño camisón se le ajustaba al cuerpo, y ya dejaba entrever la belleza que un día tendría. Y Frank tenía que irse a dar una vuelta, a intentar refrescarse, ya que de repente hacía mucho más calor en la casa…

Este tipo de pensamientos preocupaban a Frank. No podía ser que estuviera pensando en su hija de esa manera, ¿no? Aunque debía reconocer que la niña tenía una mirada a veces que le provocaba… algo. Era una mirada que había asociado, durante toda su vida adulta, con besos indiscretos en un portal, con risas sofocadas y pequeños gemidos. Pero no podía ser, no con su niña pequeña…

Y entre el calor reinante y la preocupación, Frank empezó a dormir menos. Casi no pasaba por su dormitorio, y se limitaba a dormitar en las sillas de la cocina, o a pasear como un animal enjaulado por el salón hasta que tenía que volver a la mina.

Y precisamente en la mina tuvo el accidente. Cansado, falto de sueño, Frank trabajaba de manera semi-automática, y no escuchó los avisos de sus compañeros. La pared se vino abajo encima suyo, aunque tuvo suerte. El buen Doctor Stein lo revisó y lo mandó a casa, a descansar.

- Vete a casa y duerme, Frank. Lo necesitas…

Aún afectado, Frank no pudo responder, y se encaminó a su casa, donde se tumbó vestido tal y como iba en la cama, cayendo en un profundo sueño casi inmediatamente.

Pero no es que fuera un sueño tranquilo. Frank soñó con su dulce y pequeña Candy, aunque en el sueño ya no era tan pequeña. Seguía vestida con solo su pequeño camisón, pero ahora se le adivinaban las curvas de la juventud bajo él. Y Frank, que llevaba mucho tiempo solo, no pudo resistirse más a la mirada de Candy. Se tumbó a su lado, la desnudó, la amó, con pasión, con paciencia, con locura, para caer dormido justo después de llegar al clímax.

Las campanas de la Iglesia despertaron a Frank. Este, aún adormilado, estaba intentando recordar el sueño que había tenido con Candy la noche anterior. Era un sueño extraño, que le avergonzaba… pero no dejaba de ser un sueño, se decía. Y el cuerpo era el de su querida Lucy, quería creer. No podía ser que hubiera pensado así de su pequeña hija… Él no era así, él era un buen tipo…

Frank terminó de despertarse, y se estaba levantando cuando se dio cuenta de que aquella no era su habitación. Estaba en la habitación de Candy. ¿Por qué se había despertado en la habitación de Candy? Sí, en su sueño había ido a la habitación de la pequeña, pero… eso había sido un sueño, ¿no?

Asustado, Frank miró a su alrededor. Y lo que vio fue a la pobre Candy, sentada en un rincón, asustada, con la cara sucia de haber llorado… y desnuda. Siguió mirando, cada vez más asustado, y vio el camisón, su pequeño camisón, hecho jirones, tirado de cualquier manera a los pies de la cama.

- Candy, pequeña, ¿qué ha pasado? – la niña, al sentir su voz, se encogió asustada, e intentó negar con la cabeza. – Cariño, no pasa nada, no voy a hacerte daño… Sólo dime que ha pasado, por favor…

Sollozando, asustada, encogida en su rincón, la pequeña Candy intentó explicarle a su padre lo que había pasado…

- Papaíto entró anoche en mi cuarto… y… me quitó el… el camisón a la fuerza, y me diste besos, y me tocaste, y… y… - la niña arrancó a llorar, siendo incapaz de articular palabra.

Frank se levantó, e intentó acercarse a Candy, pero la niña se encogió ante su presencia, aterrada, intentando hacerse más pequeña, desaparecer.

- Candy, cariño, no quiero hacerte daño… - le decía Frank. Pero la niña estaba en estado de shock, y no podía hablar, se limitaba a repetir “caramelos, caramelos, tengo caramelos” como aquél día en que la conoció…

Frank, trastabillando, salió de la habitación de la niña. Se dio cuenta de que iba desnudo, y manchado de sangre. Tropezando con todo, consiguió llegar al cuarto de baño. Allí se miró al espejo, y casi no se reconocía. Ojos abiertos, de loco, la boca abierta en una mueca de asombro, restos de semen y sangre por su abdomen… No podía ser cierto, ¡¡no!! Él no podía haberle hecho eso a su niñita, ¿no? Él la quería, era su hija, su adorada hija… Y, de repente, recordó. Recordó el parto, con su hija muerta. Recordó a su querida, dulce Lucy. Y recordó lo que le hizo. La mató con sus propias manos. La mató a sangre fría. Y ahora había violado a su hija. ¿Qué clase de monstruo era? Sollozando, Frank apartó la mirada del espejo, aunque tenía la sensación de que algo dentro de él le devolvía la mirada.

“Has matado a tu mujer, Frankie… Eres un gran tipo, está claro. Un tipo duro, un minero hecho y derecho. Mataste a tu mujer por no ser capaz de darte un heredero, y ahora has violado a tu hija porque ¡ey! Eres un hombre y tienes unas necesidades… Además, que la niña iba provocando, todo el mundo lo sabe… Tantos besitos, tanto restregarse, yendo prácticamente desnuda… ¡Ella se lo ha buscado! Y seguro que lo ha disfrutado…”

¡¡CRASH!! De un puñetazo, Frank rompió el espejo, intentando callar esa voz que le decía cosas que no quería oír. ¡Él no era así! Era un buen hombre, que sólo quería lo mejor para su familia…

“Claro, Frank, claro… por eso estrangulaste a Lucy hasta que no pudo respirar, y por eso te has acostado con tu hija de 8 años. Porque eso es lo mejor para tu familia, claro…”


Su mirada, reflejada en multitud de pedazos en el espejo, era la de un loco. De un criminal. De un asesino. Y Frank, que quería creer que él no era así (¡que lo sabía!), decidió que sólo quedaba una salida: acabaría con su vida, acabaría con el monstruo que acechaba dentro de él. Con manos temblorosas, cogió un pedazo de cristal y, de un tajo, se cortó las venas. Acabaría con el monstruo antes de que le hiciera daño a alguien más…

Las rodillas flaquearon, la vista se nubló, y tuvo que dejarse caer. Se encontraba muy cansado… pero pronto todo habría terminado. Y, si hubiera tenido fuerzas, se hubiera sorprendido al oír la voz de Candy. Porque era la voz de su hija, pero no podía serlo… En aquella voz había algo más. Algo antiguo. Algo maligno. No era la voz de una niña de 8 años. Puede que ni siquiera fuera la voz de una niña.

- Ah, Frank, Frank, que triste final… Pero claro, es lo que te mereces, por lo que le hiciste a Lucy… Aunque, ya que estamos, déjame decirte una cosa: la ramera tenía razón. Yo la envenené. Quería que tu hija naciera muerta. Quería que sufrierais. No por nada personal… sencillamente, me caíste en gracia en aquel callejón y decidí jugar contigo un poco… Representar el papel de hija perfecta ha sido aburrido, por cierto. Pero ha tenido sus momentos. Los besitos, las provocaciones… Tengo que reconocerte que has aguantado más que otros. He ido con tipos que a los dos días ya querían “intimar” con su pequeña. Tú no. Tú has aguantado… hasta que me he aburrido, y he decidido acelerar el proceso. Tengo amigas que me esperan, no puedo quedarme contigo para siempre, compréndelo, “papaíto”. Ah, y por si te lo preguntas… No, anoche no me tocaste ni un pelo. Pero no hizo falta, la culpa (y la sugestión) son muy buenas aliadas… Ahora descansa, Frank, papi, sabiendo que mataste a tu mujer por tener razón. Que tu mujer y tu hija están muertas porque fuiste buena persona y te dio pena una niñita pequeña. En Malifaux, no puedes fiarte de las apariencias, Frank querido…

Y Frank murió, mientras con sus últimas fuerzas maldecía el día en que decidió ir a Malifaux…

lunes, 9 de julio de 2012

¡Látigo bajo asedio!

¿¡QUÉ?!? ¿Qué Látigo está siendo asediado? ¿Y a mí por qué tiene que importarme? Y, ya puestos… ¿Qué es Látigo?

Pues… Látigo es el nombre del rancho que tienen los Ortega a las afueras de Malifaux. ¿Seguís sin saber de qué va el tema? Miniaturas, señores, juegos de miniaturas… :P

El caso es que ayer estuve en las Strategic Land, disfrutando de su hospitalidad y haciendo demos de Malifaux. Y fui acompañado de mis histéricas groupies. Que mientras yo hacía una demo multitudinaria, ellos se dedicaron a disfrutar de la experiencia de jugar a Malifaux en una mesa preciosa… ¡Yo también quería jugar en esa mesa! :__(
El Proyecto X...

Y para desquitarme, se me ocurrió que en las siguientes jornadas a las que acuda (las Barnalúdicas) no voy a hacer demos. Lo que vamos a hacer es dar espectáculo. Como hacen los de GW en sus Games Day. Una mesa temática, una partida masiva y a enseñar las bondades del juego de manera … diferente. Pasiva. Que vean lo divertido que es este juego viendo lo bien que nos lo pasamos.

¿Qué tipo de partida masiva? Aquí volvemos al principio… ¡Látigo está siendo asediado!

Si conoces un poco de la historia de Malifaux, sabrás que Látigo es a) el rancho de los Ortega, y b) que estos se dedican a cazar monstruos, pero sobre todo gremlims , ya que sus territorios están limítrofes.

Así que teniendo:

a) A los Ortega pintados.

b) Escenografía del Salvaje Oeste como para montar un rancho, más o menos.

c) Muchos Gremlims. Pero muchos.

Se me ocurrió recrear la típica situación de asedio entre dos fuerzas dispares. Unos pocos Ortega defendiendo su rancho del asalto de la marabunta gremlim. Ataque zulú, asalto a Rorke’s Drift, Fanhunter y unos Guardias Imperiales vestidos como ingleses coloniales son la fuente clara de inspiración.

Así que estábamos en un chino su seguro servidor, Félix (aka Deadeye), Xabi (aka Txuzo) y David (aka… bueno, unos cuantos xD) hablando de gremlims, de Ortega, de cartas y demás.

Conclusiones a las que llegamos:

1) Habrá menos puntos de Ortega que de gremlims. 50 vs 100 es un número “razonable”.

2) Para compensar, los Ortega tendrán mucha más escenografía para defenderse, además de que habrán minado el terreno. Más bien, habrá barriles con explosivos, que se podrán hacer explotar durante la partida…

3) Puede ser que metamos mercenarios. Sue, McTavish, Pistoleros convictos… ese tipo de cosas. Nada de steampunk victoriano. Mejicanos contra sudistas, humanos contra alimañas, bala a bala hasta que uno de los dos bandos esté destruido.

4) Nos preocupa el tema de las cartas. Esto será una partida multijugador (aunque hay que ver como de multi), pero sólo va a haber un maestro por bando (ergo, una mano según las reglas). En principio, dividiremos la mano entre los jugadores.

5) Puede ser que existan refuerzos. Para ambos bandos.

Va a ser algo espectacular, eso está claro. Y caótico. Y divertido (esperamos). Eso sí, a día de hoy tengo que comprarme 3 minis para los Ortega, pintarlas, pintar también a la abuela y… todos mis gremlims. Que no son tantos como en otros juegos, pero son unos cuantos. Y Txuzo tiene que terminar la mitad de sus gremlims. Y Félix pintarse (y comprarse, creo) a Tuco Ortega, un traidor a la familia. Y sólo tenemos dos meses, y ni una sola oportunidad para probar que todo funciona antes del día D… xD


Pero es con este tipo de material con el que se escriben las Leyendas… 8D